VALORES INSTITUCIONALES
Espíritu de familia: Se entiende como la capacidad de encuentro con los demás donde nadie es extraño; en una ayuda mutua que hace crecer y construir el proyecto de vida, desde el reconocimiento de las particularidades y diferencias.
Respeto: Es una actitud que permite reconocer, valorar y aceptar la persona, el otro y el entorno tal como es.
Solidaridad: Es la disposición permanente para entender las necesidades y dificultades de los demás y actuar eficazmente ante ellas; pensando siempre en comunidad.
Honestidad: Se entiende como la capacidad de actuar siempre de manera coherente y transparente ante las acciones cotidianas y según las normas éticas y morales.
Responsabilidad: Es la conciencia de responder asertivamente frente a las obligaciones, las decisiones y las consecuencias de los actos propios.
Alegría: Es la capacidad de sentir y expresar una actitud siempre positiva ante la vida y sus situaciones, como fruto de la paz interior.
Estética: Es la capacidad de descubrir y reflejar el sentido de lo bello en la persona, en los demás y en el entorno.
Organización: Es la disposición personal para jerarquizar y priorizar coordinadamente los deberes y tareas, en pro de la optimización de los recursos y los buenos resultados.
Diálogo: Es la capacidad humana de entablar relaciones entre pares a través de la palabra, el gesto o cualquier forma de comunicación para entender al otro.
Trascendencia: Es una actitud que permite ir más allá de las acciones cotidianas de la vida, de manera crítica y responsable en busca siempre de lo esencial. Para quienes profesan una religión, lo esencial está en Dios.
Participación: Se entiende como la disposición activa, asertiva y eficaz para manifestar, aportar e influir en los procesos Institucionales.